¿Qué hace que las startups triunfen o fracasen?

Como con todo proyecto innovador, existen posibilidades reales de que una startup fracase, sea por un modelo de negocio incompleto, por un mal momento o simplemente por mala suerte. Más allá de esto, conocer qué es aquello que más suele provocar su fracaso es importante para que los fundadores sepan qué hacer y qué no hacer para que su negocio se mantenga a flote.

La compañía Skynova, que crea software de facturación para negocios pequeños, preguntó el pasado noviembre a 492 fundadores de startups por los mayores y más recientes obstáculos que han podido frustrar sus negocios. También analizó los datos de las mismas por parte de CB Insights.

Estos son los principales motivos que se esconden tras los fracasos de las startups en el año 2022.

Problemas de capital y por la pandemia:

1. Falta de financiación o de inversores: el estudio resalta que el 47% de los casos que no triunfaron se debió a que no contaban con la financiación adecuada, porcentaje que casi dobla al de 2021 por el mismo motivo.

2. Quedarse sin fondos: causa del 44% de los fracasos en startups, y que puede deberse bien a escasez de la financiación disponible, o bien a una planificación financiera inadecuada.

3. El impacto de la pandemia: un 33% de los fracasos se deben según la encuesta a los efectos del coronavirus en los negocios y en la economía en general. Aunque siga siendo un porcentaje importante, ello demuestra que muchos negocios están consiguiendo recuperarse de los efectos de la pandemia, pues el porcentaje atribuido a la misma causa en 2021 fue del 59%.

Si bien los problemas con el capital no resultan sorprendentes, no se debe olvidar que las negativas perspectivas económicas son un causante importante del descenso de la inversión en startups. De acuerdo con un informa reciente elaborado por Crunchbase, estas preocupaciones hicieron que la inversión en el caso de Estados Unidos se desplomase un 63% en el año 2022. Es previsible que la situación sea similar en 2023, mientras se mantenga esa intranquilidad con el provenir de la economía.

¿Qué aconsejan los fundadores?

Si bien ningún emprendedor puede garantizar que tendrá éxito, muchos de los encuestados por Skynova ofrecieron sus consejos para todo aquel que se esté planteando crear un negocio:

–¿Qué habríais hecho de otra forma cuando empezasteis? El 58% asegura que se habrían centrado más en la investigación de mercado previa al lanzamiento de su proyecto. Otro 58% desearía haber armado un plan de negocio más completo y efectivo. La Small Business Administration de EE.UU. asegura que esto último es vital para alcanzar el éxito, pudiendo funcionar «como un GPS para saber estructurar, dirigir y hacer crecer tu propio negocio».

–La habilidad para pensar y decidir rápido. Hacer los cambios necesarios cuando el proyecto no avance como se espera. Y es que el 79% de los encuestados dicen que es importante «aprender de tus errores». El 40% de los mismos confesó haber necesitado dar un giro en sus startups, de alguna manera, para sortear el fracaso. De ese porcentaje, 3 de cada 4 aseguraron que ello les llevó a tener éxito.

Identificar el riesgo y cambiar a tiempo

Con respecto a estos cambios necesarios, de acuerdo con el trabajo de Skynova se resaltan modificar los planes de negocio, lanzar un nuevo producto o mejorar uno preexistente. De hecho, ser consciente de que la startup se precipita al vacío es otra habilidad codiciada por los emprendedores. Y es que CB Insights recalca que no ser capaz de ‘pivotar’ es otro de los grandes motivos por los que fracasan estas compañías.

La personalidad televisiva e inversor de «Shark Tank», Kevin O´Leary, comentaba a CNBC Make It que sus inversiones desperdiciadas tiene un elemento en común: fundadores que no pueden o no quieren llevar a cabo los cambios cuando son necesarios. El hombre de negocios añadía que muchas veces estos simplemente se negaban a admitir que su plan original debe ser modificado para que la compañía pueda sobrevivir. «No son capaces de salirse de su propio camino, no escuchan a nadie», afirmaba.

Fuente: El economista.es