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El endeudamiento empresarial es ¿bueno o malo?

Una de las responsabilidades más importantes de los directivos de las empresas es tomar las decisiones estratégicas. Dentro de ellas, las relacionadas con el endeudamiento tienen una especial importancia por su incidencia en el desarrollo del negocio. En el ámbito particular siempre es mejor financiar los bienes y servicios necesarios con fondos propios antes que recurrir a los préstamos de terceros. Sin embargo, en el ámbito empresarial no siempre ocurre así. El endeudamiento no tiene que ser necesariamente algo negativo si se sabe gestionar bien.

Apalancamiento financiero para aumentar la inversión

Todas las empresas son conscientes de que, para poder seguir adelante, deben innovar e invertir, pero para eso hace falta tener liquidez, y no siempre se dispone de toda la que hace falta. Esto no quiere decir que la compañía tenga que resignarse a no llevar a cabo las inversiones o mejoras que tenía previstas, puesto que una decisión así puede suponer una pérdida importante de ventaja competitiva.

A la hora de hacer inversiones, lo mejor es combinar los fondos propios con los fondos obtenidos de terceros. Esto permite a la organización mantener parte de su liquidez para atender a posibles pagos pendientes.

Es entonces cuando se produce el apalancamiento financiero, que no es otra cosa que la relación que existe entre el capital propio y el capital prestado invertido en algún activo o en una operación financiera.

Lo que hace la empresa es endeudarse para llevar a cabo una inversión de la que espera obtener una buena rentabilidad. La clave está, por tanto, en que los beneficios que se deriven de la inversión financiada con deuda superen a los costes financieros de la operación de financiación.

Tipos de apalancamiento financiero

Ya hemos visto que el endeudamiento empresarial no tiene que ser necesariamente algo negativo, siempre y cuando se mantenga dentro de un nivel apropiado y sus costes sean más bajos que los beneficios obtenidos.

Sin embargo, la volatilidad del mercado hace que no en todas las ocasiones se obtengan los resultados esperados. Esto nos permite hablar de diferentes tipos de apalancamiento financiero que dan lugar a deudas mejores o peores. Por ejemplo:

Apalancamiento financiero positivo

Implica que la rentabilidad financiera ha aumentado gracias al aumento de la deuda, manteniéndose los intereses de la financiación a un nivel más bajo que la rentabilidad económica obtenida con la operación.

Es decir, que la inversión ha dado buenos frutos y los intereses que hay que pagar por el uso de la financiación externa son más bajos que la rentabilidad que se ha obtenido con la operación. En este caso se puede señalar que el endeudamiento es positivo.

Con nuestra guía de financiación alternativa podrás aprender todo lo que debes saber acerca de cómo conseguir financiación más allá del banco.

Apalancamiento financiero neutro

No existe una relación ni positiva ni negativa entre el endeudamiento y la rentabilidad obtenida. Los frutos de la inversión cubren justo los intereses del crédito. A efectos prácticos, es como si esa inversión no se hubiera llevado a cabo, ya que no genera una verdadera rentabilidad.

Apalancamiento financiero negativo

Se produce aquí una situación en la que la rentabilidad financiera obtenida a través de la inversión es inferior al interés que hay que pagar por el crédito o préstamo que se ha solicitado para invertir. Es en este caso cuando el endeudamiento se puede llegar a convertir en un problema.

Nivel óptimo de endeudamiento en una empresa

El nivel óptimo de endeudamiento en un negocio es la cuantía máxima de deuda que se puede tener sin que esto ponga en peligro la integridad financiera de la entidad. Cada empresa tiene su propio nivel óptimo de deuda, ya que no es lo mismo un pequeño negocio familiar que una gran multinacional.

Influye también el sector en el que se opera, ya que hay algunos en los que apenas es necesario obtener financiación externa y en otros en los que es absolutamente necesario.

Lo importante es quedarse con la idea de que endeudarse no es algo necesariamente malo para una empresa. Lo que determinará si la situación económica es mejor o peor es el nivel de rentabilidad que se obtiene a través de la inversión para la que se ha utilizado el dinero prestado.

En líneas generales, si se mantiene el ratio de endeudamiento sin sobrepasar el nivel óptimo y, además las inversiones son rentables, tener deudas no supondrá ningún problema para la empresa.

Fuente : Novicap.

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